La producción de petróleo cae desde hace 14 años y la de gas desde hace 7, las reservas se desmoronan estrepitosamente desde hace una década. Las importaciones han adquirido un volumen insostenible. La apuesta a reservas no convencionales (shale gas y shale oil) que se anunciaron en los últimos tiempos no es suficiente. Mientras tanto, la rentabilidad de las siete multinacionales que concentran el 92% de la producción de petróleo ha sido escandalosa.
miércoles, 18 de abril de 2012
LA PARABOLA YPEFIANA
La producción de petróleo cae desde hace 14 años y la de gas desde hace 7, las reservas se desmoronan estrepitosamente desde hace una década. Las importaciones han adquirido un volumen insostenible. La apuesta a reservas no convencionales (shale gas y shale oil) que se anunciaron en los últimos tiempos no es suficiente. Mientras tanto, la rentabilidad de las siete multinacionales que concentran el 92% de la producción de petróleo ha sido escandalosa.
jueves, 29 de diciembre de 2011
UNA LEY DE TERROR
Hace cuatro años fui el único senador en votar en contra de la llamada
“ley antiterrorista” que, con la sanción de una norma complementaria días
pasados, profundizó su inconstitucionalidad, abriendo la puerta a la
criminalización de la protesta social. Es positivo que hoy, muchos reparen
acerca del retroceso en materia de derechos humanos que significa esta norma
enviada al Parlamento por un gobierno que reivindica avances importantes en ese
campo.jueves, 22 de septiembre de 2011

viernes, 19 de agosto de 2011
No leyeron "Los Miserables"
A las manifestaciones de jóvenes sin trabajo, sin educación y sin futuro, que días pasados sacudieron a Gran Bretaña se les respondió con represión primero y después con las palabras del ministro conservador David Cameron: “todo el que haya sido violento debe ir a la cárcel”. Marcaba así el camino a una justicia que en un país cuna de la democracia debiera preciarse de independiente.
Con presteza el juez Elgan Edward de Cheshiere tras determinar una pena dijo: “las sentencias deben asustar”. Así Anderson Fernandes de veintidós años por robar dos conos de helados enfrenta una pena de varios meses en prisión, Nicolas Robinson de veintitrés está sentenciado a seis meses tras las rejas por robar dos botellas de agua mineral de un supermercado que tienen un costo de cuatro euros; Ursula Nevin madre de dos niñas con residencia en Manchester está sentenciada a cinco meses de prisión por aceptar de una amiga unos pantalones robados de un centro comercial. Todo ello en el marco de un superpoblamiento de las cárceles británicas.
Víctor Hugo terminó de escribir “Los Miserables” en 1862. Esta obra que describe las victimas de un orden social injusto es la historia de los desposeídos en la época posterior a la Revolución Francesa. Jean Valjean, personaje principal de la novela, fue a prisión diecisiete años por haber robado un pedazo de pan.
Un siglo y medio después, resulta aleccionador para la actual realidad la vigencia de lo que Víctor Hugo nos dejó a través de la literatura y que evidentemente no leyeron los ingleses por estos días. En otro pasaje de la novela que ayuda a concluir esta reflexión, el obispo Myriel expresaba: “si un alma sumida en sombras comete un pecado, el culpable no es el que peca, sino el que no disipa las tinieblas”. Es decir son los actuales gobernantes los responsables de dar una respuesta positiva a las justas demandas de los jóvenes en lugar de reprimirlos.
martes, 2 de agosto de 2011
Las características de la crisis de la economía de Grecia tienen evidentes similitudes con la vivida en la Argentina previa al epílogo de la convertibilidad. Observamos entonces con profunda preocupación que las propuestas que la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional imponen a Grecia para enfrentarla son aquellas que durante años se aplicaron en nuestro país y solo lograron sumergirlo en la más catastrófica crisis económica y social jamás vivida en nuestra historia que culminó con el estallido del 2001. Sin duda es una película vista. Conocemos su desarrollo y su triste final. Como la Argentina en los años noventa, la economía griega se encuentra atada a una moneda fuerte que no refleja la productividad de su economía. Desde su creación el Euro se aprecia constantemente y al no existir aumento de productividad en la misma escala en países no centrales del régimen europeo, sus economías pierden competitividad en el escenario internacional. La pérdida de competitividad, que la sufrió particularmente Grecia pero también otros países, se refleja en el creciente déficit de las cuentas externas que llegó a más del 11% del PIB.
lunes, 18 de julio de 2011
¿Qué significaría que la potencia mas grande del mundo y primera economía del globo se declare en bancarrota? Primero, generaría la inestabilidad de la moneda –el dólar- en que se basa el sistema monetario internacional desde los acuerdos de Bretton Woods. Segundo, que uno de los principales refugios de inversión -sobre todo para los chinos-, que son los bonos de la reserva federal, no tendrán mayor garantía de reembolso.
Los republicanos del gran país del norte, en un ya clásico del neoliberalismo, desentendiéndose de las causas de la crisis, reclaman un recorte del “gasto social”, es decir, menos salud pública y menos seguridad social para los trabajadores. En otro clásico de sus libretos rechazan asimismo la aplicación de impuestos a los ricos. Seria la materialización de aquello de que la crisis “la paguen los que menos tienen” cuando en realidad las producen la irresponsabilidad de los que mas tienen. ¿Quién hizo mal las cuentas?
Es la crisis que golpea con similares características en Europa: crecimiento casi nulo, déficit fiscal alto, deudas impagables. Círculo vicioso al que el FMI responde con sus “recetas moderadas”: más ajuste fiscal. La moraleja que extraen de cada crisis es la misma, y brutalmente podría expresarse diciendo “los pobres no pueden pretender comer bien todos los días, tener educación, salud y vivienda digna”.
De la economía de casino y los inconmensurables gastos de la guerra nadie habla, en un mundo que cada vez es más rico y más injusto, más irracionalmente dilapidador, más loco y más absurdo.
martes, 21 de octubre de 2008
Acerca de la crisis financiera mundial
No es el "fin de la historia”, no será seguramente el fin del capitalismo, ni siquiera todavía de su fase neoliberal, pero expresará un cambio de época, de paradigmas, de conceptos. Basta comparar que el Premio Nobel de Economía en el año 1976 fue otorgado al fundador de la corriente neoliberal estadounidense Milton Friedman quien ganó “prestigio” gracias a su teoría del monetarismo desarrollando el fundamentalismo de mercado; mientras que hace unos días el mismo Nobel fue otorgado a uno de sus críticos más acérrimos, Paul Krugmann.
La acumulación del capital es la esencia del capitalismo. Capitalismo y mercado son una sola y misma cosa, la tasa de rentabilidad el objetivo principal, el laissez-faire la ávida necesidad de la economía de mercado. Expansión inesperada y Apocalipsis inevitable grafican la historia de las crisis del capitalismo.
Adam Smith a fines del siglo XVIII escribió el famoso texto “La Riqueza de las Naciones” donde desarrolla las bondades de la mano invisible del mercado. La mano invisible es aquella que anda en el mundo económico de manera transparente y a la vez ciega articulando los intereses dispersos sin ningún tipo de intervención: no se necesita, ni se desea, que nadie fuera del proceso económico intervenga. Sin conocer a George Bush, Adam Smith escribió que es necesario que el soberano político, el gobernante, sea, pueda y deba ser ignorante para que no interfiera en el proceso económico.
Hoy, los neoliberales responsables de la crisis, sin sonrojarse, ni pedir perdón, le piden al Estado que den liquidez al sistema y restauren la confianza, es decir que los ciudadanos de a pie –como siempre- paguen la crisis. Los 800.000 millones de dólares del salvataje en EEUU (cifra similar al gasto militar en Irak) saldrán entre otros, del bolsillo de los plomeros y carpinteros estadounidenses de los que hablaba el Secretario del Tesoro norteamericano cuando justificaba la negativa de brindar asistencia a nuestro país al producirse la crisis del 2001 aduciendo que no serían ellos quienes pagarían la “fiesta”. En síntesis, apropiación concentrada de la riqueza en tiempos de expansión, socialización de las pérdidas en tiempos de crisis.
El neoliberalismo ganó la batalla cultural legitimándose como oposición a la política keynesiana, a los gastos sociales de guerra (Plan Beveridge) y al crecimiento de la Administración Federal de los EEUU producto de los programas sociales. La conjunción de recesión, inflación y desempleo significó el fin de una era del Estado de Bienestar y el comienzo de otra nueva era con la Escuela de Chicago como guía, el laissez faire en lo económico, y la descalificación del soberano en lo político como programa.
Luego de cuatro décadas el círculo se cierra de la peor manera. Si se tiene perspectiva histórica y un poco de imaginación, esta crisis abre un campo de posibilidades inmensa. Lo que hoy está en cuestión no se reduce a un poco más de regulación. El problema de fondo pasa por cuestionar a una política económica y social globalmente neoliberal, flagrantemente injusta por las desigualdades crecientes que produce y estruendosamente ineficiente por las crisis que provoca.
Sólo la política puede tomar las riendas ante el horizonte de recesión, desempleo y hambre que se avizora. Como lo señaló hace más de un siglo Jeremy Bentham las agendas económicas en el plano mundial y nacional de cada país deberán ser el pleno empleo, la estabilidad de los precios, el equilibrio de la balanza de pagos, el crecimiento del producto bruto interno, la distribución de los ingresos y las riquezas y la prestación de servicios sociales.
Se llevó al mundo a una economía de casino, de especulación y timba financiera. Escuchamos por estas horas a los economistas decir que esta crisis impactará dramáticamente en la “economía real”, es decir en el empleo, el comercio, la producción. Cabe preguntarse entonces si esta afirmación es la aceptación que la economía financiera, la de las bolsas, la especulativa, es la “no real”. “Burbuja” es el término de época, en los 90 fue la burbuja informática, hoy es la inmobiliaria, ¿cuál será la próxima?.
Pareciera que ha llegado la hora de decir “CHAU FRIEDMAN…..HOLA KEYNES”.

