martes, 28 de julio de 2009

¿EL VERDADERO SENTIDO DEL DIALOGO O UN DIALOGO CON SENTIDO?

El gobierno nacional convocó en estos días al diálogo a los partidos políticos, los gobernadores, los empresarios y los trabajadores. Fue noticia y abrió innumerables especulaciones porque no fue precisamente el diálogo una práctica cultivada desde el poder en los últimos años.

Si existen dudas de las verdaderas motivaciones del diálogo en algunos sectores, ninguna duda existe que la causa verdadera del mismo se encuentra en el resultado electoral del 28 de junio.

¿Querrá el gobierno sólo un encuentro para la foto, es decir, tomar nota de los reclamos, demandas, puntos de vista de la realidad que ofrecen los convocados y continuar con la misma receta que hasta el presente?. ¿Hasta qué punto los convocados pueden hacer retroceder al gobierno de su actual posición, a cuántas de sus prerrogativas actuales se le puede obligar a renunciar?. Las definiciones dadas por algunos de sus ministros en materia de superpoderes, Consejo de la Magistratura o coparticipación federal son algunas pistas que indican que no es mucho lo que realmente piensan en cambiar.

Si de algo carece este gobierno es de sutileza, cuánto no sí de falta de astucia. Queda claro que necesita de algún tipo de acuerdo en lo económico-social para pilotear la crisis y en lo político las internas abiertas para la selección de candidatos presidenciales que le permita manejar el proceso en el justicialismo.

El poder consiste en la toma de decisiones y obvio referirlo, está en manos de quienes toman las decisiones: el gobierno y el Parlamento Nacional.

La voluntad popular –fallo inapelable- dejó equilibrado el poder para los próximos dos años, puso fin a la hegemonía kirchnerista ampliando distintas perspectivas opositoras.

El diálogo puede constituirse en una herramienta poderosa si el gobierno entiende que la nueva realidad lo obliga a negociar, a consensuar, a acordar a la luz del día y ante los ojos de la sociedad nuevas políticas para que la crisis no la paguen – como está ocurriendo hoy- los que menos tienen, que la distribución de los fondos entre la Nación y las provincias sea más equitativa y que la calidad institucional pueda mejorarse con otro INDEC, otro Consejo de la Magistratura, con internas abiertas para que participe la ciudadanía, con transparente funcionamiento de la política y con boleta única para mejorar el sistema electoral caduco y anacrónico vigente.

El camino es complejo, no sencillo. La verdadera gobernabilidad la da el consenso de los ciudadanos, no el manejo discrecional de los fondos públicos para disciplinar voluntades.

El país necesita una reforma tributaria integral , que paguen los que más tienen y más ganan, elevando el impuesto a las ganancias y eliminando el IVA a los productos de la canasta familiar, gravando la renta financiera, el juego y las actividades mineras. Dándole a los jubilados lo que el derecho constitucional les otorga que es una movilidad justa y no sobrevivir con $700 por mes, un ingreso mínimo garantizado a las familias en estado de pobreza e indigencia y subsidiar tasas de interés a las PYMES industriales y agropecuarias que generan el 34% del empleo nacional , entre otras medidas para afrontar la crisis desde la perspectiva de la producción, el empleo y el consumo.

Para ello el país requiere un acuerdo social, económico y político, y el diálogo es un camino para lograrlo, ése es su verdadero sentido.

Ulrick Beck escribió que “no pueden buscarse soluciones biográficas a contradicciones sistémicas, salvaciones individuales de problemas compartidos”, el gobierno es el primero que debiera entenderlo para que el paso de dirigentes políticos, gobernadores, trabajadores y empresarios por la Casa Rosada no destruya una buena oportunidad para todos.

Desde la oposición o de amplios sectores de la sociedad, no se trata del debate inconsistente, de creerle o no creerle al gobierno en esta convocatoria, tampoco de pararse ante la fatalidad del fracaso para recorrer la profesía autocumplida, sino de plantear con seriedad y responsabilidad propuestas superadoras para abordar la crisis.

La realidad argentina parecería encarnarse en los cantos de Virgilio :
”ni contigo ni sin ti, tienen mis males remedio”.

martes, 21 de julio de 2009

“NI CONTIGO NI SIN TI”… o la construcción de una fuerza alternativa de gobierno.


El último 28 de junio con su libre expresión en las urnas, la sociedad le puso fecha al fin del kirchnerismo en la política argentina: 10 de diciembre de 2011.

Así como hoy es difícil encontrar adherentes de la expresión política que gobernó en los noventa el país por diez años: el menemismo; será también extraño encontrar dentro de un tiempo adherentes al kirchnerismo.

El justicialismo continuará oscilando, de acuerdo al contexto nacional e internacional – como “partido del poder”- de políticas de centroizquierda a políticas de centroderecha y viceversa, indistintamente.

A su vez, sus liderazgos representativos expresarán fielmente el tiempo que les toque encarnar.

La realidad política argentina circuló respecto al justicialismo en las últimas décadas como en los cantos de Virgilio “ni contigo, ni sin ti tienen mis males remedio”.

Ante el evidente ya fracaso del actual gobierno de resolver los problemas estructurales de la Argentina: la injusta distribución de la riqueza y la pobre calidad institucional; el desafío inmediato es construir una fuerza alternativa de gobierno y, a la vez aportar a clarificar el sistema político donde izquierda y derecha al decir de Norberto Bobbio sean lugares programáticamente definidos donde se identifiquen las fuerzas políticas constituidas.

Las diferencias sustantivas entre Brasil, Uruguay y Chile con respecto a la Argentina se manifiestan en variadísimas cuestiones pero es, en sustancia en la anormalidad de nuestro sistema político. En dichos países no hay dudas para la sociedad que partidos políticos significan programáticamente la izquierda y la derecha y, un espacio de centro que pivotea entre ellos, en alianzas, coaliciones o frentes, que expresan en cada momento las relaciones de fuerza de la sociedad.

En la Argentina el problema no es tanto que el justicialismo mute de derecha a izquierda o viceversa, o tenga sectores que expresa a la vez y al mismo tiempo posiciones de derecha o de izquierda, sino que hasta hoy no se ha construido una fuerza alternativa que pueda primero gobernar el país y a la vez por su misma existencia clarifique el sistema político nacional.

El surgimiento del PT en Brasil resolvió las dos cuestiones: las de gobierno y las del sistema político; el Frente Amplio en Uruguay y la Concertación democrática en Chile también lo hicieron.

En Argentina las dos cuestiones están pendientes.

La definición de un Programa de Reformas, claramente de centroizquierda que esté orientado a los procesos de cambio que beneficien a los sectores populares y, el diálogo y el acuerdo con las fuerzas políticas y sociales que puedan adscribir al mismo aparecen como una primera tarea urgente de realización.

lunes, 6 de julio de 2009

UN FUTURO PROMISORIO Y UN PRESENTE DE MUCHO COMPROMISO

Tenemos la gran satisfacción de haber alcanzado un piso muy alto de apoyo que le da al Frente Progresista Cívico y Social una perspectiva muy positiva de crecimiento e inserción en toda la provincia. En una campaña que arrancamos de abajo, y tras una espectacular remontada, alcanzamos una votación por encima del 40 %, con casi 700 mil votos en la provincia de Santa Fe. Indudablemente no nos alcanzó para ganar. Pero estos números, muy altos si los comparamos con otros distritos electorales del país donde varios candidatos ganaron con porcentajes bastante menores, nos dan una satisfacción y responsabilidad muy grande.

En el plano nacional, la elección expresó con contundencia la voluntad inapelable de la ciudadanía de cambiar el Congreso Nacional. Era necesario cambiar una mayoría disciplinada del kirchnerismo en el Congreso; para que un Parlamento con una nueva composición permitiera abrir una etapa de mayor dialogo y consenso para abordar la agenda pendiente en la República Argentina. Y mirando los resultados de Santa Fe, de Córdoba, de Entre Ríos, de la provincia de Buenos Aires, se ve la contundente expresión de esa voluntad popular.

Lamentablemente, luego de escuchar las expresiones públicas de la Presidenta de la Nación, vemos que todavía no se tomó registro de la expresión de la ciudadanía en las urnas.

La crisis se manifiesta hoy con su mayor crudeza, y por eso el Congreso de la Nación debe abordar sin más demoras esta problemática. En ese contexto vamos a seguir insistiendo con la eliminación del IVA a los productos de la Canasta Básica de Alimentos, con el reclamo de una movilidad justa que reintegre el 82 % móvil que acerque las jubilaciones al salario mínimo vital y móvil, vamos a insistir con la suspensión por 180 días de los despidos y las suspensiones, vamos a insistir con la rebaja de las tasas de interés para los créditos a las PYMES del campo y la ciudad, que son a quienes hay que apoyar para combatir esta recesión que nos pone otra vez ante el fantasma del desempleo.

Necesitamos el cumplimiento de la actual ley de coparticipación federal, ya que se nos sustraen a las provincias importantes fondos que les corresponden por derecho propio. Necesitamos también la derogación de los superpoderes, que permitió una alta discrecionalidad en el manejo de los fondos públicos y nos condujo a un proceso de fuerte deterioro institucional. Insistimos en la necesidad de establecer una política nacional agropecuaria consensuada que permita darle a la producción una perspectiva de trabajo y rentabilidad que permita reactivar la actividad en un momento de recesión que golpea duramente. Estos son algunos de los grandes temas de la agenda que se viene en el Congreso.

En cuanto al análisis concreto de las elecciones en el marco provincial también estamos muy satisfechos por lo que hemos producido a lo largo y a lo ancho de la provincia. Ha quedado claro que no hay un voto del Norte y otro del Sur, hemos ganado ampliamente –por más de 10 puntos- por ejemplo en el departamento General Obligado, con un holgado triunfo en ciudades como Reconquista, Avellaneda, y Villa Ocampo. En el otro extremo de la provincia, hemos ganado el departamento Constitución, con un importante triunfo en su cabecera, Villa Constitución. Tampoco se ve una diferencia entre ciudades grandes y ciudades chicas, ya que hemos ganado también en muchas ciudades pequeñas de la provincia, lo que manifiesta que donde pudimos llegar con nuestro mensaje pudimos también obtener resultados importantes.

Y contamos con el resultado esperado de Rosario, donde tuvimos un muy buen desarrollo electoral, y ganamos por casi 17 puntos de diferencia, en todas las seccionales de la ciudad. Los rosarinos nos conocen por la gestión, tanto municipal como parlamentaria, y nos dan un apoyo permanente que es producto de muchos años de trabajo, en los que hemos demostrando honestidad, eficiencia y solidaridad en la práctica de la gestión pública.

Nos fue mal en departamentos importantes como La Capital, Castellanos y Las Colonias, donde evidentemente nuestro mensaje no tuvo la inserción que adquirió en otros lugares de la provincia y en donde la diferencia con respecto a la lista ganadora fue muy importante. Si bien estuvimos arriba del 30 % de los votos en el departamento La Capital, creo que nos falto quizás un poco mas de tiempo para que muchos santafesinos pudieran haber encontrado razones para votarnos.

Este importante resultado electoral nos deja indudablemente una gran responsabilidad hacia adelante. Lo dijimos en la campaña cuando recorrimos más de 25 mil km y 100 localidades, cuando presentamos las propuestas de coparticipación federal, de política agropecuaria, de salud, de políticas sociales, de vivienda, de educación y de infancia. Que ese era nuestro compromiso con la Provincia de Santa Fe, que es nuestro contrato que vamos a cumplir durante el desarrollo de nuestra gestión en las bancas parlamentarias que cada uno de nosotros ocupará. Y por lo tanto, esas propuestas quedan como el contrato de trabajo hacia delante para continuar trabajando para mejorar la calidad de vida de los santafesinos, y para mejorar un Congreso de la Nación.

Por todo ello, entendemos que el saldo de esta campaña y de la expresión libre de la voluntad popular nos deja un saldo altamente positivo para el Frente Progresista Cívico y Social. Nos queda un futuro promisorio, y un presente de mucho compromiso.