Dice la crónica: “Miguel Galuccio CEO de YPF buscará inversores en Londres”. Ningún medio, absolutamente ninguno fuera de un aséptico tratamiento en la sección económica de algún diario, realizó comentarios sobre la noticia.
El próximo martes en el mismo momento en que la presidenta Cristina Fernández estará denunciando en la Asamblea General de Naciones Unidas al Colonialismo Inglés por Malvinas, Miguel Galuccio estará en Londres buscando inversores para la petrolera estatal.
Hace poco días el Gobierno Nacional, anunció que iniciará acciones judiciales y administrativas contra todas las compañías británicas que están involucradas en la explotación de petróleo y de gas en la cuenca de las Islas Malvinas por ser estas acciones ilegales.
Anoticiado del viaje de Galuccio, el diario londinense Financial Times aconseja que: “ para ganarse inversores debe emitir nueva legislación para garantizar 50 años de posibles incautaciones”. Hace apenas un par de años lo que este diario aconseja ya se hizo con Cerro Dragón en Chubut donde antes de diez años del vencimiento de la concesión se le extendió por 30 años más la explotación de los pozos de petróleo. Cerro Dragón es el principal yacimiento petrolífero del país y está en manos de la empresa británica Pan American Energy.
Miguel Galuccio – “el hombre que le devolverá la soberanía energética a Argentina”- puso su viaje en manos de la Banca Morgan y después de Londres viajará a Estados Unidos donde se encontrará con la presidenta Cristina Fernández para reunirse con la petrolera EXXON. EXXON es la hija de la Standard Oil, heredera a su vez del imperio de David Rockefeller, implicada en historias de saqueos, depredación y golpes de estado en América Latina y el mundo.
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domingo, 23 de septiembre de 2012
martes, 2 de agosto de 2011
A ESTA PELICULA GRIEGA YA LA (VI)VIMOS

Sin duda es una película vista. Conocemos su desarrollo y su triste final. Como la Argentina en los años noventa, la economía griega se encuentra atada a una moneda fuerte que no refleja la productividad de su economía. Desde su creación el Euro se aprecia constantemente y al no existir aumento de productividad en la misma escala en países no centrales del régimen europeo, sus economías pierden competitividad en el escenario internacional. La pérdida de competitividad, que la sufrió particularmente Grecia pero también otros países, se refleja en el creciente déficit de las cuentas externas que llegó a más del 11% del PIB.
Este déficit comercial se ha financiado durante años con deuda externa a bajas tasas de interés (“ventaja” obtenida por pertenecer a la Unión Europea). Sin embargo, al no solucionarse el problema estructural, Grecia ingresó, como sucedió con nuestro país, en un círculo vicioso generado por la trampa de la deuda: El creciente endeudamiento (superior al 150% del PIB) repercute en las cuentas fiscales que se deterioran. Así, al déficit externo se suma el déficit fiscal y da comienzo a la desconfianza internacional que corta las posibilidades de financiamiento. Sin financiamiento para solventar los déficits se desenlaza la crisis.
La propuesta es la conocida: ajuste fiscal para “enderezar” la economía. Las medidas tienen “parecidos de familia”: aumento de los impuestos al consumo, reducción de los salarios de empleados públicos, aumento de las edades jubilatorias, privatizaciones de empresas y servicios públicos, canje de deuda, entre las más ortodoxas del catálogo, con innovaciones curiosas como privatizar balnearios turísticos en las mejores playas griegas.
Vemos que se insiste en atacar las consecuencias y no las causas del problema. No será reduciendo sin criterio el sector público para paliar el déficit fiscal como se enfrenta esta crisis. Por el contrario, esta reducción del sector público impactará directamente en las condiciones económicas y sociales del pueblo griego. Su economía seguirá sumergida en una crisis de la que no encontrará salida y contará cada vez con menos instrumentos para enfrentarla.
Se debe atacar las causas que generaron esta situación vinculadas centralmente con la diferencia de productividad de la economía griega. Es necesario entonces impulsar la competitividad y productividad de su economía y eso no se logra cercenando el Estado, sino por el contrario con un Sector Público fuerte, eficiente que genere las condiciones sociales y económicas para que el país pueda insertarse plenamente en el marco de las economías más desarrolladas.
Por estas horas Estados Unidos para no entrar en cesación de pagos toma el mismo camino que Paul Krugman ha calificado como “catastrófico” porque aplica las mismas medidas del ajuste: “esos exigentes recortes del gasto de la actualidad son como esos médicos medievales que trataba al enfermo con sangrías y sólo conseguían enfermarlo aun más”.
Es una película que la vivimos y padecimos en América Latina y que hoy la viven y padecen también en el “Primer Mundo”.
lunes, 18 de julio de 2011
ARMAGEDON
Las referencias bíblicas apelan en el libro del Apocalipsis al término “armagedón” para lo que podría interpretarse como la llegada del fin del mundo. Muchos economistas lo ubican el próximo 2 de agosto si el capitolio no aprueba una suba en el límite de la deuda, lo que implicaría que Estados Unidos se declarase en default.
¿Qué significaría que la potencia mas grande del mundo y primera economía del globo se declare en bancarrota? Primero, generaría la inestabilidad de la moneda –el dólar- en que se basa el sistema monetario internacional desde los acuerdos de Bretton Woods. Segundo, que uno de los principales refugios de inversión -sobre todo para los chinos-, que son los bonos de la reserva federal, no tendrán mayor garantía de reembolso.
Los republicanos del gran país del norte, en un ya clásico del neoliberalismo, desentendiéndose de las causas de la crisis, reclaman un recorte del “gasto social”, es decir, menos salud pública y menos seguridad social para los trabajadores. En otro clásico de sus libretos rechazan asimismo la aplicación de impuestos a los ricos. Seria la materialización de aquello de que la crisis “la paguen los que menos tienen” cuando en realidad las producen la irresponsabilidad de los que mas tienen. ¿Quién hizo mal las cuentas?
Es la crisis que golpea con similares características en Europa: crecimiento casi nulo, déficit fiscal alto, deudas impagables. Círculo vicioso al que el FMI responde con sus “recetas moderadas”: más ajuste fiscal. La moraleja que extraen de cada crisis es la misma, y brutalmente podría expresarse diciendo “los pobres no pueden pretender comer bien todos los días, tener educación, salud y vivienda digna”.
De la economía de casino y los inconmensurables gastos de la guerra nadie habla, en un mundo que cada vez es más rico y más injusto, más irracionalmente dilapidador, más loco y más absurdo.
¿Qué significaría que la potencia mas grande del mundo y primera economía del globo se declare en bancarrota? Primero, generaría la inestabilidad de la moneda –el dólar- en que se basa el sistema monetario internacional desde los acuerdos de Bretton Woods. Segundo, que uno de los principales refugios de inversión -sobre todo para los chinos-, que son los bonos de la reserva federal, no tendrán mayor garantía de reembolso.
Los republicanos del gran país del norte, en un ya clásico del neoliberalismo, desentendiéndose de las causas de la crisis, reclaman un recorte del “gasto social”, es decir, menos salud pública y menos seguridad social para los trabajadores. En otro clásico de sus libretos rechazan asimismo la aplicación de impuestos a los ricos. Seria la materialización de aquello de que la crisis “la paguen los que menos tienen” cuando en realidad las producen la irresponsabilidad de los que mas tienen. ¿Quién hizo mal las cuentas?
Es la crisis que golpea con similares características en Europa: crecimiento casi nulo, déficit fiscal alto, deudas impagables. Círculo vicioso al que el FMI responde con sus “recetas moderadas”: más ajuste fiscal. La moraleja que extraen de cada crisis es la misma, y brutalmente podría expresarse diciendo “los pobres no pueden pretender comer bien todos los días, tener educación, salud y vivienda digna”.
De la economía de casino y los inconmensurables gastos de la guerra nadie habla, en un mundo que cada vez es más rico y más injusto, más irracionalmente dilapidador, más loco y más absurdo.
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