Fue precisamente en la ciudad de Rosario el 27 de Febrero,
mientras la intendenta Mónica Fein se encontraba haciendo uso de la palabra
cuando la presidenta Cristina Fernández dijo: “vamos por todo”. El miércoles pasado,
en la Congreso de la Nación, el diputado Larroque insultó a toda la oposición y
habló de “narcosocialismo”. Ahora el presidente del Partido Justicialista en la
Provincia de Santa Fe termina de decir que se debería intervenir la Provincia.
En Santa Fe hay problemas, a los gobiernos de ayer y de hoy
seguramente podrán realizársele críticas, de la necesidad de tomar medidas de
reforma de la policía más profundas que corten los vínculos de sectores de la
misma con el narcotráfico y que doten de mayor seguridad a la población. De allí
a descalificar utilizando la palabra de “narcosocialismo” y a hablar de
intervenir Santa Fe, la distancia es infinita.
¿Se busca la solución de un grave problema o se pretende destruir
al adversario? Este segundo objetivo, es el que legitima: “el fin justifica
cualquier medio”, el adversario se transforma en enemigo y se ingresa entonces
en el peligroso y detestable campo de “parodiadores de Clausewitz” que inmortalizó
aquello de “la guerra es la mera continuación de la política por otros medios”.
En la guerra nadie habla para convencer, hay dos bandos, no existe el tercero,
y el tercero es la sociedad que padece los problemas.
La sociedad exige un camino de solución a la cuestión de la
inseguridad y el narcotráfico, en Santa Fe y en todo el país. Y ello solo es
posible con el concurso, la cooperación y el trabajo conjunto de la nación las
provincias y los municipios. Y, los poderes ejecutivos, legislativos y
judiciales.
Para ello se necesita dialogo, y el diálogo es lo contrario al silencio, o peor, al insulto. Sin el diálogo, lamentablemente, nos seguirá ganando el delito.