lunes, 22 de noviembre de 2010

Los Jóvenes y La Política


Es muy importante que se haya puesto hoy en debate un tema que casi nunca ocupa espacio en los medios de comunicación: la participación de la juventud en la política.

Ello ocurrió a partir de la puesta en escena de la despedida de los restos del ex presidente Néstor Kirchner y el lugar importante que se le dio a la Agrupación “La Cámpora” en la misma.

Que algunos “descubran” como novedad que hay miles de jóvenes que participan, es consecuencia de la poca visibilidad que tiene la juventud en la realidad social de nuestro tiempo. A pesar de una sociedad de consumo que sólo los muestra para la moda, para la ropa, para la industria cultural, y para el deporte espectáculo; los jóvenes con sus inquietudes sociales y políticos, tozudamente han existido, existen y existirán.

Dijo Oscar Wilde que la desobediencia a ojos de cualquiera que ha leído la historia, es la virtud original del hombre y que el progreso se hizo a través de la desobediencia. Fue precisamente la desobediencia juvenil la que empujó la revolución de mayo y los procesos de la independencia latinoamericana; quien abrió el proceso revolucionario en las universidades del continente con la Reforma Universitaria de 1918. Fueron los jóvenes quienes dejaron sus vidas en Malvinas defendiendo nuestra soberanía. Son jóvenes quienes todos los días participan en organizaciones sociales, de derechos humanos, estudiantiles, gremiales, en ONG y ambientales, contra la discriminación y en partidos políticos. Esta militancia juvenil es a cambio de nada, de ningún puesto político, sólo movidos por el maravilloso ideal de cambiar este actual mundo injusto por un mundo mejor.

Los jóvenes sí desconfían de los profesionales de la política, porque la política hasta hoy no pudo, no supo o no quiso mejorar sus condiciones de existencia.

Hoy en la Argentina hay casi un millon de jóvenes que no estudian ni trabajan. Sólo el 25% tiene educación secundaria completa. La tasa juvenil de desempleo se encuentra en el orden del 30%. Más del 35% de los jóvenes son pobres, es decir, se encuentran entre los primeros decibeles de ingresos más bajos. Es entonces la franja social más desprotegida. Son cientos de miles los jóvenes sumidos en la pobreza, las adolescentes que mueren en los hospitales con hemorragias incontenibles por abortos provocados, centenares de miles de jóvenes que son explotados en trabajos precarios de bajos salarios, millones los que ni siquiera consiguen el primer empleo.

Es fundamental entonces que se hable de los jóvenes, se descubra a los jóvenes que participan, no para integrarlos a una nueva estrategia de marketing publicitario ahora desde la política, sino para que el Estado no se desentienda de su realidad y concrete políticas efectivas para un sector siempre olvidado.