“El sofisma es un argumento falso revestido de una forma más o menos capciosa. Entre error y sofisma hay una diferencia fácil de captar. Error designa simplemente una opinión falsa; sofisma designa también una opinión falsa, pero de la que se hace un medio para tal fin”.
Quizás quienes nos gobiernan hoy, no hayan leído a este filósofo pero más de dos siglos después lo interpretan excelentemente. Veamos: “si se le aumenta a los jubilados como propone la oposición, el país quiebra” dicen a coro y a diario desde el gobierno nacional.
Sacar a los jubilados de la pobreza llevando el haber mínimo al 82% del salario mínimo, vital, y móvil de los trabajadores en actividad significa una erogación de 22.000 millones de pesos al año, monto similar que se gasta anualmente en subsidios a los sectores pudientes para el gas y la electricidad; 22.000 millones de pesos es la mitad de lo que se le pago al FMI con reservas y, representa una cifra menor a lo que se le pagará al Club de París como lo dicen las últimas informaciones oficiales.
Decir entonces que “el país quebrara por aumentar a los jubilados” es usar un sofisma.
“Cada sofisma –enseña Bentham- tiene un carácter en particular, pero todos ellos tienen un carácter en común: el ser extraños a la cuestión. La cuestión en una asamblea política debe ser siempre ésta ¿Es buena o mala la medida propuesta?. Se trata de calcular sus efectos, de comparar los bienes y los males que pueda producir; tantos bienes, tantos argumentos a favor suyo, tantos males, tantos argumentos en su contra. El sofisma alega en pro o en contra de una ley una cosa completamente distinta a la consideración de sus efectos; tiende a desviar el espíritu de este punto de vista sustituyéndolo por cualquier otro, y a juzgar la cuestión sin consideración a su merito intrínseco”.
Todo lo anterior es así cuando el gobierno para descalificar la propuesta de aumento a los jubilados dice “quienes proponen aplicar el 82% a los jubilados son los mismos que cuando gobernaron le rebajaron el 13% de sus haberes”.
Una cuestión fundamental como es sacar a los jubilados de la pobreza debería detraerse de la puja política superficial entre oficialismo y oposición y buscar un camino de acuerdo que se concrete como política de estado, porque sino: “el sofisma produce un mal general. Por mal general entiendo esta degradación moral o intelectual que produce la costumbre de razonar sobre falsos principios, o de jugar con la verdad misma, pervirtiendo la más noble facultad del hombre”.(Tratado de los sofismas políticos de Jeremías Bentham)