Walter Scott, jefe del ejército británico derrotado en 1806 por el pueblo de la ciudad de Buenos Aires en las invasiones inglesas, expresó: “prefieren su independencia nacional a nuestros algodones y muselinas” .
El nuevo acto de usurpación de nuestra soberanía en las Islas Malvinas realizado por estos días por el Reino Unido al comenzar las operaciones de exploración y explotación de hidrocarburos al norte de nuestras islas en el área de la plataforma continental argentina, demuestra que después de casi dos siglos Gran Bretaña continua actuando con la misma lógica imperial de entonces.
Fue en 1833 que se apodero ilegítimamente de las islas Malvinas. Desde entonces siempre se hizo sentir el reclamo de nuestros derechos soberanos. Alfredo Palacios en la presentación de su ley para que fuera editado para lectura en las escuelas el libro de Paul Groussac expresaba: “nosotros, que repudiamos el derecho de conquista, hemos de protestar contra la injusticia del despojo”
Malvinas es causa nacional porque une al pueblo argentino. Se canta nuestro derecho en los estadios de futbol, se enciende nuestra emoción al paso de los ex combatientes en cada celebración patria. Ningún ciudadano argentino desconoce nuestros derechos soberanos sobre las Malvinas.
180 años de coloniaje. ¿hasta cuando? Le expresó la solidaridad latinoamericana a Gran Bretaña en la última reunión del Grupo Rio en las palabras del presidente de Brasil Lula.
¿Hasta cuando?. Cada año desde la asamblea de naciones unidas el Comité de Descolonización insta a un dialogo de partes que Gran Bretaña sistemáticamente ignora.
Malvinas es uno de los últimos enclaves coloniales que forma parte de las cuestiones pendientes del derecho internacional. Las colonias en el siglo XXI son residuos anacrónicos de un mundo que rechaza el orden de la fuerza y reclama la convivencia pacífica global.
Los enclaves coloniales no tienen argumento, no conocen justificación, son solo el resultado de la fuerza contrariando al derecho y la justicia.
Las Malvinas siempre fueron, son y serán argentinas. En aquellas tierras irredentas hoy nuestra presencia solo se expresa dramáticamente en las cruces que son las vidas cesgadas de los jóvenes soldados argentinos pero, más temprano que tarde flameará soberanamente nuestra bandera celeste y blanca.