miércoles, 16 de septiembre de 2009

Y UNA VEZ, AL FIN, LLEGÓ

Los Jefes de Gabinete, de acuerdo a lo prescripto en el art. 101 de la Constitución reformada en 1994, tienen la obligación de concurrir al Congreso Nacional, al menos una vez por mes alternativamente a cada una de sus cámaras, para brindar informes “sobre la marcha del gobierno”. Es sabido, largamente, que ningún Jefe de Gabinete cumplió con lo señalado en el texto constitucional. Algunos de ellos incluso no llegaron siquiera a hacerse ver durante su mandato por el Senado de la Nación.

Si fue buena noticia la presencia del Jefe de Gabinete en la sesión del pasado 9 de septiembre, su respuesta al planteo que realizamos en relación a la necesidad de gravar la renta financiera fue propiamente un clásico argumento del neoliberalismo: “habrá una corrida bancaria”.

La confrontación producida por la cuestión de las retenciones agropecuarias escondió el tema central de la agenda pendiente en la República Argentina: la reforma tributaria. Una necesaria reforma tributaria que implicaría que paguen más quienes más tienen y más ganan, no como en el esquema impositivo actual en que el IVA, impuesto indirecto al consumo, es el tributo que más recauda. Son los sectores populares, cuando compran por ejemplo un paquete de yerba o de azúcar, quienes más aportan a las arcas nacionales: 21 pesos por cada 100 que gastan. De esta forma, como evidencia de la flagrante inequidad actual, puede constatarse que el 56% de la recaudación total del IVA, aproximadamente 45.000 millones de pesos, proviene del 30% más pobre de la población.

Por ello el sistema tributario argentino está considerado como uno de los más regresivos e inequitativos del mundo. Evidentemente no tiene explicación razonable el por qué las ganancias de quienes compran y venden títulos y acciones en la bolsa, no estén gravadas por impuesto alguno.

Juan B. Justo sostenía que “sin impuestos no hay democracia”, a lo que podría agregarse que tampoco habrá justicia sin impuestos justos.

Un sistema impositivo progresista no está en la agenda del gobierno nacional, el Jefe de Gabinete la calificó de impracticable, con el falaz argumento de un “gravísimo peligro” consecuente, la supuesta corrida bancaria.